Dureza: El disfraz de un corazón herido





Si, los conocemos... De vez en cuando nos encontramos con personas que con su actitud, palabras y expresiones "gritan" sin pronunciar palabra que es una persona de la cual "cuidarse" con la cual "no te puedes meter", de la cual "no puedes dudar".

De alguna manera sus formas indican que es una persona suficiente, superior, con una autoestima increíble que en muchos sentidos genera hasta respeto y admiración.

Durante los años que estuve liderando mujeres solteras conocí varias de ellas... Que de alguna manera las experiencias de vida les habían hecho tomar decisiones donde tras la necesidad de protegerse terminaban apagando el verdadero ser para levantar una muralla que las separase de las personas que pueden hacerles daño (aún de las que nunca lo harían).

En el fondo, esa demostración de dureza absoluta es el disfraz de un corazón herido, ¿cómo darse cuenta? Porque generalmente a estas personas les es difícil demostrar sus sentimientos. La vulnerabilidad es algo que consideran una debilidad y por eso se guardan sus verdaderos pensamientos y emociones, pensando que así desarrollarán fortaleza y que más nunca nadie se atreverá a herirlos. 

Lo que experimenté en estos grupos es que en la medida que se permitían abrir sus corazones y conectarse con otras personas a un nivel profundo donde la honestidad, la aceptación y el amor como los principios que rigen esa relación, encontraban sanación y respuestas a esas preguntas que tenían en el fondo de su corazón: ¿Podré tener una verdadera amistad? ¿Podré volver a confiar? ¿Y si me hieren nuevamente?

Muchas veces escuché: "No soy amiga de mujeres porque he tenido muy malas experiencias, prefiero ser amiga de hombres" Y la verdad es que sí, es común encontrarnos en el camino con personas que rompen nuestra confianza y demuestran solamente estar buscando satisfacer intereses personales. Pero no podemos declarar esa verdad como un común denominador. Esas experiencias nos deben enseñar a ser más sabios y perspicaces acerca de las relaciones que estamos construyendo. Poder evaluar las relaciones bajo la luz de la reciprocidad, la lealtad, el amor y crecimiento mutuo, es lo que nos permite encontrar verdaderas amistades o descubrir si es una relación superficial. Esta es la manera de relacionarnos de manera sabia y evitar desilusiones.

Cuando me encontré con ellas descubrí que con paciencia, creyendo en que Dios también me sacó a mí de actitudes, relaciones y experiencias dolorosas, enseñándome principios que me permiten sembrar en relaciones saludables, así como determinar la intención de otros al acercarse a mí podía ayudarlas a ellas a emprender ese mismo camino. Procuré aplicar eso mismo en ellas para de alguna manera demostrarles que hay una forma diferente de vivir en mayor libertad y felicidad.

¿Qué hacer si yo soy quien ha levantado la barrera de la dureza?

Primero, reconocer el origen de esa decisión. Pregúntate:

  • ¿Por qué me siento seguro bloqueando a otros y evitando demostrar mis sentimientos? 
  • ¿Qué me limita a ser vulnerable y conectarme de manera profunda con otros?
  • ¿Considero que tengo relaciones profundas o la mayoría son superficiales?
  • ¿Tengo personas a mi alrededor que me alimentan de manera positiva?
  • ¿Existen personas que se sientan en la libertad de hablarme en verdad para que reflexione sobre mis acciones o actitudes? ¿O nadie se atreve a acercarse a mí?

Cuando podemos entender de dónde vienen esos sentimientos que generalmente tienen un origen en la inseguridad y temor, podemos encontrar sanación, perdonar el pasado y mirar al futuro con la intención de crecer como persona y también generar relaciones profundas que permanecen en el tiempo, esas que nos sostienen en circunstancias que estando solos nos rompería en mayor medida el corazón.

No hay necesidad de levantar caretas de dureza. Si es importante guardar nuestro corazón y ser sabios a la hora de escoger con quién profundizar. Pero no profundizar con nadie no es una opción, porque nos mantiene solos y alejados de la necesidad de apoyarnos en otros en los momentos más oscuros.


Por Lisangel Paolini
Dureza: El disfraz de un corazón herido Dureza: El disfraz de un corazón herido Reviewed by Lisangel Paolini on 12:35 p.m. Rating: 5

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