Construyendo relaciones brillantes

El otro día conversaba con alguien sobre el efecto tan importante que tienen las relaciones en nuestro crecimiento y estado emocional. Mucho más allá de tener diferencias significativas con personas que son importantes para nosotros, es el tema de aquellas relaciones que elegimos sean parte de nuestro círculo interno y que de alguna forma en vez de sumar, restan.

Recuerdo haber estado en un círculo de chicas de la iglesia que nos reuníamos semana a semana en pro de crecer juntas y aprender más de Dios. Había una de ellas, que estaba en ese plan de crecer, servir y comprometerse con la iglesia, sin embargo un muchacho del pasado que frecuentemente reaparecía en su vida llegaba, y entonces ella decaía en sus planes, dejaba de reunirse con nosotras y comenzaba a llenar su agenda de actividades que no correspondían con sus intereses reales.

Tiempo después, esa misma chica, pude verla y ¡estaba radiante! Me llamó muchísimo la atención su sonrisa, energía y actitud positiva y le dije: "Guao, estás bellísima te ves radiante y feliz" a lo que ella me respondió "Si, es que ya no estoy con...". Me sorprendió mucho la franqueza de su respuesta, sin embargo la felicité y le dije, "sigue adelante".

Antes de hablar sobre relaciones brillantes, quiero hablar de aquellas que apagan tu luz. En aras de entender a cuáles estamos aferrándonos que no nos están haciendo bien. 

Características de las relaciones que restan

• Son negativas y critican todo. Las personas negativas, siempre ven el vaso medio vacío, no son optimistas con respecto al futuro ni apoyan las nuevas ideas, recurrentemente alegan esta enfermos, tristes o "sobreviviendo". Ven el desarrollo como algo inútil y viven del conformismo.
• Siempre llevan la contraria. Este tipo de personas creen que tienen la razón en todo, descalifican la opinión de los demás y se sienten ganadores cuando tienen la última palabra, aún cuando estén hiriendo a las personas que le rodean.
• Cuando estás con esa persona detienes tu vida. Hay algo en estas relaciones que simplemente absorben tu tiempo, esfuerzos y demandan tanto de ti, que llega un punto en que no estás creciendo, tus planes desaceleran, vives para complacer y pierdes el ánimo de hacer nada nuevo por ti mismo.

Estos son solamente algunos aspectos de las relaciones que restan. Si conoces alguno adicional, compártelo conmigo en los comentarios de este post.

Hablando de relaciones brillantes

Cuando pienso acerca de Relaciones brillantes las identifico como aquellas que: 

• Te animan a seguir avanzando. Creen en tus sueños y planes, te animan a seguir adelante y buscan la manera de apoyarte en los proyectos que emprendes o en los momentos de dificultad.
• Te dicen la verdad. No existe una relación brillante sin honestidad. La honestidad fomenta la confianza y la confianza fortalece el nexo. Te sientes aceptado y a la vez retado a dar lo mejor de tí. Te alientan a soñar viendo al cielo, con los pies bien puestos en la tierra.
• Pueden ser felices aún sin tenerte cerca. Las relaciones brillantes no se absorben la una a la otra; eso quiere decir que ambos aún tienen sus actividades, planes y agenda aunque tengan una relación cercana. Se trata de incluir al otro en lo que desee ser incluido, pero respetar su posición acerca de aquello en lo que no.
• Aumentan tu felicidad. Cuando están a tu alrededor te sientes más feliz. Eso no implica que cuando no están seas infeliz, ya que por tí mismo debes serlo (así descartas cualquier rasgo de codependencia), pero definitivamente cuando les tienes cerca incrementa tu felicidad.

Y estas, son solo algunas de las características de las relaciones brillantes... y ¿cómo construirlas? Simple: comienza tú por ser una persona brillante.

Si identificaste características negativas en tus relaciones, comienza a cerrar ciclos o levantar límites emocionales que no permitan que te roben tu luz. Si por el contrario, identificaste que tú tienes esas características, te recomiendo que puedas asistir a una consulta psicológica y así encontrar la raíz de esas actitudes, cambia esa nube gris por un rayo de sol.

Y ¡brilla!