Amistades Honestas: El poder de la verdad

Decir la verdad.

Aprender a decir la verdad es difícil. Más cuando esa verdad incluye una situación incómoda, un reconocimiento de tus propios errores y una muestra vulnerabilidad de un corazón que suele ser reservado. 

¿Por qué es importante la verdad?

Decir la verdad es para personas con templanza y sabiduría, sin embargo escuchar la verdad es de valientes, pues fácil es dar una opinión y señalar un hecho, pero que difícil es escuchar cuando esa verdad se trata de uno mismo y reconocer que esa verdad, es verdad. La verdad promueve conversaciones difíciles, pero también la verdad sana.

No todas las personas dan el permiso a otros para evaluar su camino, sin embargo, solamente aquellos que lo hacen, son los que elevan su vida, creciendo en sabiduría y madurez. 

En mi experiencia, cuando he dado permiso a otros de evaluar mis decisiones, es cuando me he podido exigir ir por la vía correcta y ser una mejor versión de mí. Sin los ojos de otra persona que ha podido ver desde una perspectiva objetiva mis decisiones más importantes, probablemente hubiese terminado en un lugar totalmente indeseado.

Este domingo, dieron un mensaje en mi Iglesia Global titulado "Cómo lograr lo que realmente quieres" y nos decían que a veces obtener lo que queremos "ahora", podría limitar lo que realmente queremos a largo plazo, ya que interponemos decisiones o apuramos procesos en nuestro ahora, que nos alejan del verdadero bienestar a largo plazo.

Permitirnos mirar nuestra historia desde los ojos de otra persona, nos hace crecer y elevar nuestro estándar de vida, nos hace humildes e incluso ejemplares ante otros. La verdad me eleva.

La verdad es importante para la vida cristiana

Hay un hecho, y es que en la medida que caminamos en la vida cristiana, queremos mantener un nivel de vida y un comportamiento ejemplar, a veces más por lo que queremos aparentar que porque sea un deseo perpetuo de vivir conforme al corazón de Jesús. 

Me he encontrado muchas veces con personas "con años en la iglesia" que comienzan a criticar a otros que están viviendo una vida no del todo "recta", que están asistiendo pero mantienen hábitos que no les hacen bien. Pero lo que me sorprende (y me entristece) es que muy pocas veces esa crítica se convierte en un "vamos a tomarnos un café, para conversar un rato".

El Proverbio 27:6 me encanta y dice: Más vale el amigo que hiere, que el enemigo que besa.

¿Qué significa eso?

Las amistades honestas, van, se acercan y le dicen de frente a sus amigos lo que están percibiendo, eso que no está bien, los 180° de ceguera, para que luego esa persona pueda decidir si hace un cambio o no. El amigo dice la verdad aunque duela. El enemigo "que besa" es el que te aplaude todas tus metidas de pata y te dice "no importa, no te agobies", disfrazando su hipocresía con buena intención y entonces te sigues sumiendo en el espiral de las consecuencias de tus malas elecciones.

También he estado en la posición de la amiga que juzga, pero también me he dado la oportunidad de retroceder, ponerme en los zapatos de la otra persona, brindarle aliento y palabra para que corrija su camino. Puedo decir que de ambas, esta última posición es la que definitivamente me brinda mayor satisfacción. No porque logre algo en la otra persona, ya que al final decidirá su camino, sino porque no dejé pasar la oportunidad de decirle la verdad, mi percepción y advertirle de sus pasos, el resto quedará en su corazón.

Como seguidores de Jesús, estamos llamados a amar al Señor por sobre todas las cosas y amar a otros tal como nos amamos a nosotros mismos. Si nos damos el permiso de prevenir a hijos para que no tropiecen y caigan, ¿por qué no podemos acercarnos en amor al prójimo para advertirle sus pasos? 

Si pensaste en alguien al leer estas líneas, quiero que sepas: no es casualidad. 

Como amigo, tienes el deber de acercarte para decirle la verdad con amor y gracia, mostrarle aquello que no está bien, escucharlo para entender su posición y darle tu mano para corregir lo que esté dispuesto.

Si la persona en la que pensaste eres tú, ¿qué estás esperando para buscar verdad bajo la mirada de un amigo honesto?

Reflexiona en esto:

¿Serás el amigo confiable o el enemigo que besa?

¿Buscarás la mirada de otra persona para que te ayude a evaluar tu camino?

¿Qué tan dispuesto estás de escuchar la verdad?